15 nov 2022

La respiración

Se trata de la función básica y principal del aparato respiratorio que tiene lugar de manera involuntaria y automática, y se repite inconscientemente a lo largo del día. Se lleva a cabo gracias a sus dos etapas: la inspiración, cuando el aire entra en el cuerpo, y la espiración, cuando el aire sale del mismo.

Es un proceso que tiene lugar gracias a la contracción muscular. En la inspiración se contrae el diafragma y se desplaza hacia abajo y las costillas se dirigen hacia arriba y afuera gracias a la contracción de los músculos intercostales, haciendo que la cavidad del tórax se agrande, los pulmones se expandan y entre el aire. 

En la espiración ocurre el movimiento contrario, estos músculos se relajan, el diafragma va hacia arriba y la pared torácica se hace pequeña, mientras que los pulmones se deshinchan y empujan el aire fuera del organismo.

Este proceso nos permite liberar el dióxido de carbono que no necesitamos y llenar nuestro cuerpo de oxígeno para poder sobrevivir. La sangre, por su parte, recoge el oxígeno de los alvéolos pulmonares y los transporta hacia todas las células de nuestro organismo.

Su funcionamiento interno se basa en el proceso llamado difusión, mediante el cual con cada inspiración el aire entra por la nariz o la boca penetrando en los alvéolos, donde tiene lugar el intercambio de gases, y el oxígeno de estos pasa a la sangre. Esta sangre con oxígeno pasa al corazón y es llevada a los tejidos que la requieren. En los capilares de los tejidos, el dióxido de carbono producido en las células se disuelve en el plasma sanguíneo y se dirige al corazón por las venas, y es bombeado a los pulmones entrando en los alvéolos para exhalar este gas.





BIBLIOGRAFÍA