Esta parte del sistema nervioso es la encargada de controlar los procesos corporales, así como algunas funciones vitales como la respiración. Pero además, es el encargado de la regulación de las emociones, los pensamientos o los recuerdos.
Podemos diferenciar dos partes que lo conforman: el encéfalo y la médula espinal.
EL ENCÉFALO: Es la parte encargada de la regulación de las emociones, los pensamientos, los sentidos, el hambre o las funciones motoras. Está compuesto por el cerebro, el cerebelo, y el tronco encéfalo:
- El cerebro: se encuentra formado por dos hemisferios y el diencéfalo, y se divide en cinco lóbulos. Controla los movimientos voluntarios, el habla, la inteligencia, las emociones, la memoria y constituye la parte de mayor tamaño del encéfalo.
- El cerebelo: se encuentra en la parte posterior e interior de la cavidad craneal. Está formado por la vermis, dos hemisferios, tres lóbulos y diez lobulillos y su función principal reside en la planificación y ejecución del movimiento.
- El tronco encéfalo: está compuesto por el mesencéfalo, el puente y el bulbo raquídeo y se encarga de regular las funciones vegetativas. Aunque cada parte del tronco posee su función, entre los tres se encargan de regular la respiración, el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, entre otras.
LA MÉDULA ESPINAL: Es una prolongación del tronco encefálico y su principal función reside en trasladar información desde el sistema nervioso central al resto del cuerpo, además de generar respuesta a determinados estímulos. Esta columna de tejido nervioso se encuentra rodeada y protegida por las vértebras. Se compone de sustancia gris, donde se encuentran las neuronas sensitivas y motoras y sustancia blanca, compuesta por los axones de las neuronas.