La hemodiálisis es un tratamiento para filtrar las toxinas y el agua de la sangre, como lo hacían los riñones cuando estaban sanos. Ayuda a controlar la presión arterial y a equilibrar los minerales importantes en la sangre como el potasio, el sodio y el calcio.
La
hemodiálisis no es una cura para la insuficiencia renal, pero puede ayudar a
que el paciente se sienta mejor y viva más tiempo.
¿Qué
sucede durante la hemodiálisis? Durante la hemodiálisis, se bombea la sangre a
través de un filtro conocido como dializador o riñón artificial, fuera del
organismo.
Al comienzo de un tratamiento de hemodiálisis, una enfermera o técnico de diálisis colocará dos agujas en el brazo del paciente. Es posible que el paciente prefiera ponerse sus propias agujas después de que el equipo de atención médica lo haya capacitado. Puede usar una crema o aerosol para adormecer la piel si las agujas le molestan en el punto de entrada. Cada aguja está sujeta a un tubo blanco conectado a la máquina de diálisis.
La
máquina de diálisis bombea la sangre a través del filtro y la devuelve al
organismo. Durante el proceso, la máquina de diálisis verifica la presión
arterial y controla qué tan rápido fluye la sangre a través del filtro y se
extrae el líquido del organismo.
¿Qué pasa con la sangre mientras está en el filtro? La sangre pasa por un extremo del filtro y entra a muchas fibras huecas y muy delgadas. A medida que la sangre pasa a través de las fibras huecas, la solución de diálisis pasa en dirección opuesta en el exterior de las fibras. Las toxinas de la sangre pasan a la solución de diálisis. La sangre filtrada permanece en las fibras huecas y regresa al organismo.
El nefrólogo, le recetará al paciente una solución de diálisis para satisfacer sus necesidades. Esta contiene agua y sustancias químicas que se agregan para eliminar de manera segura las toxinas, el exceso de sal y el líquido de la sangre. El médico puede ajustar el equilibrio de los productos químicos en la solución si:
- Los análisis de sangre muestran que la sangre tiene demasiada o muy poca cantidad de ciertos minerales, como potasio o calcio.
- El paciente tiene problemas como presión arterial baja o calambres musculares durante la diálisis.