17 nov 2022

Circulación sistémica y circulación pulmonar

 CIRCULACIÓN SISTÉMICA O MAYOR

Esta circulación implica a las cámaras del corazón y vasos sanguíneos, ya que pretende llevar la sangre oxigenada del corazón a los tejidos más periféricos para un mejor funcionamiento y después regresar al corazón. La sangre pasa por un proceso de oxigenación por los vasos sanguíneos, corazón y pulmones. 
El proceso comienza en el ventrículo izquierdo, que contiene sangre oxigenada procedente de la circulación menor, y que con la contracción cardíaca hace que este líquido se expulse a la aorta; llegando a las células del organismo y a otros vasos gracias a diferentes ramificaciones, obteniendo el oxígeno que necesitan y vertiendo en la sangre sustancias de desecho. Entonces, esta sangre desoxigenada circulante se recolecta por las venas cavas superior e inferior y el seno cavernoso y la lleva de vuelta a la aurícula derecha para volver a llevar a cabo la circulación menor (oxigenar la sangre) y poder realizar el intercambio gaseoso. 
 
CIRCULACIÓN PULMONAR O MENOR 

Esta circulación tiene un recorrido más corto que el anterior y en ella participan los pulmones, el corazón y las venas y arterias pulmonares, llevando la sangre del corazón a los pulmones y viceversa. El recorrido se encarga de transportar la sangre desoxigenada del corazón a los pulmones, para luego regresar oxigenada al corazón. Este proceso comienza con la recogida de sangre desoxigenada, que entra entonces por la aurícula derecha y se propulsa al ventrículo derecho, que envía la sangre a las arterias pulmonares, encargadas de llevarla únicamente a los pulmones mediante el tronco pulmonar para administrarle oxígeno y dirigirse mediante las cuatro venas pulmonares hacia la aurícula izquierda, propulsándose a su vez al ventrículo izquierdo y expandiéndose por la aorta para iniciar entonces la circulación sistémica antes de regresar de nuevo a la circulación pulmonar.